La economía solidaria es una forma específica de organización y de estructura operativa de las actividades económicas orientada a la producción, consumo y comercialización de bienes y servicios, que promueve la asociatividad, la cooperación y la autogestión. Considera al trabajo como un medio de liberación humana. En este sentido, el concepto se refiere a estrategias para la “humanización” de la economía capitalista. La Carta de Principios de la Economía Solidaria recoge los seis siguientes: i) Equidad, participación de todos los actores implicados; ii)) Trabajo, creación de empleo; iii) Sostenibilidad Ambiental, reducción de la huella ecológica y potenciamiento de energías renovables; iv) Cooperación, alianzas y sinergias; v) Sin Lucro, autogestión, mercado social; vi) Compromiso con el entorno, consumo responsable, cultura de la solidaridad. Más información...
En los casos de economías solidarias que tienen lugar en la ciudades aparecen las preocupaciones de los habitantes por la defensa del medioambiente, producción y consumo de productos agrícola locales, apoyo a iniciativas colectivas. Un ejemplo en este línea es Tagurpidi Lavka, en Estonia. La Borda, Barcelona, por otra parte, es una propuesta pública de enfrentar el alza de los precios del suelo urbano y el diseño y construcción participativa de la vivienda.
Contexto
Las Economías Solidarias, que sin ese nombre son de larga data, incluyen expresiones como el cooperativismo en todas sus formas, los espacios compartidos, los bancos de tiempo y lugares de intercambio comercial (marketplaces), entre otros. Actualmente, los grupos y organizaciones que realizan actividades relacionadas con la Economía Solidaria son principalmente organizaciones de la sociedad civil y agrupaciones de individuos reunidos en torno a un determinado objetivo. La mayoría de estos grupos y organizaciones son de carácter privado, autogestionados, en algunos casos con financiamiento o apoyo público.
Las actividades realizadas bajo el concepto de Economía Solidaria son mayoritariamente de nivel local y buscan satisfacer una necesidad muy puntual; por ejemplo, el acceso a la vivienda (La Borda), facilitar el consumo local (Tagurpidi Lavka), la creación de espacios compartidos de trabajo para el desarrollo de las artes o para el ocio. También buscan favorecer la creación e implementación de medios de comunicación e información local, entre otros objetivos colectivos.
La Economía Solidaria, en general, no posee una gran batería de aplicaciones informáticas/web/móviles para apoyar sus actividades, quizás debido a su naturaleza local, pequeña y fragmentada. Sin embargo, sí es posible encontrar ese tipo de aplicaciones en Economías Solidarias, en particular en el área de los espacios de intercambio de bienes y servicios.
Posibilidades
Gracias a su carácter local y relativamente pequeño tamaño, las iniciativas asociadas a las Economías Solidarias son fácilmente replicables a nivel comunitario o de ciudad.
El cooperativismo no es algo nuevo y es bien conocida su forma de aplicación, así como sus ventajas y desventajas.
El fomento del desarrollo local mediante los espacios de intercambio (marketplaces), ya sean estos físicos o virtuales, es una posibilidad cierta y muy replicable, debido a su bajo costo de implementación y a la baja complejidad técnica a la hora de hacerlo virtual. Mucho del software necesario para implementar un mercado virtual existe en forma de soluciones de código abierto y gratuito. Por el lado de los usuarios/beneficiarios, existe el teléfono móvil como herramienta de acceso.
Independientemente de la necesidad que se desee satisfacer, las características de la Economía Solidaria, como la asociatividad, su carácter local y reducido tamaño, más el apoyo adecuado de una solución tectológica, la convierten en una alternativa viable de ser implementada a distintos niveles en los países de la región.
Casos |
| Nº | Título | Clasificador |
| 1 | Tagurpidi Lavka | Marketplace |
| 2 | La Borda | Vivienda |

Más información

Más información



